Un niño de dos años cuyo padrastro le insertó agujas en el cuerpo en un macabro ritual de venganza contra la madre, fue dado de alta el viernes después de un mes internado para extirparle las piezas metálicas, informó el hospital brasileño donde está internado.
Un comunicado del hospital Ana Neri, en la ciudad nororiental de Salvador, dijo que el menor está estable, se alimenta bien, juega normalmente y concluyó el uso de antibióticos.
El menor, cuya identidad no ha sido revelada por su edad, iba a ser operado el lunes para retirar cuatro de las cinco agujas restantes en el cuerpo, pero los médicos decidieron aplazar la intervención y extirpar las piezas posteriormente en procedimientos ambulatorios.
El niño ha sido sometido a tres operaciones para retirar un total de 22 agujas de su tórax, abdómen y área dorsal. Los médicos creyeron inicialmente que podía tener hasta 50 agujas insertadas, pero resultaron ser menos.
Las cinco agujas restantes no presentan amenazas a la vida del niño, aunque los médicos pretenden retirar cuatro de ellas, insertadas en la pierna izquierda, la axila izquierda, el abdómen y el tórax. La quinta aguja, insertada en el hueso pélvico, no sería retirada por el momento debido a la dificultad para extraerla, según el hospital.
El padrastro del niño, el albañil Roberto Magalhaes, de 30 años, confesó haber introducido las agujas en el cuerpo del niño a lo largo de un mes con la intención de matarlo para vengarse de la madre del niño, quien le reclamaba de su relación con una supuesta amante, identificada como Angelina Ribeiro dos Santos, de 47 años.
tiene 22 agujas
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